lunes, 28 de enero de 2019

Qué es y qué no es una casa de cortesía

Uno de los aspectos que más confusión puede sembrar a la hora de jugar en un mundo tan distinto al nuestro es la diferencia de concepción cuando hablamos de un lugar donde cualquiera entra a pasárselo bien disfrutando de buena compañía. Seguro que tan sólo con esas palabras podrías estar pensando en algún sitio oscuro frecuentado por gente a la que sería mejor no mirar a los ojos.

Nada más lejos de la realidad: una casa de cortesía es un sitio donde la finalidad es disfrutar de una buena canción, baile o cualquier otra disciplina que una de las chicas ejecutará de forma excelente mientras saboreas un té, un vino o una excelente comida. Por todo esto, la casa de cortesía es un lugar donde invitarías a alguien a quien quieras hacer un regalo, donde creerías que cerrarías un trato con éxito o simplemente donde necesitarías entrar para relajarte después de un estresante día. En resumidas cuentas se trata de  un lugar donde se procura que te encuentres bien y, siempre que tengas el dinero suficiente o cualquier otra forma de pagarlo, alguien allí te servirá con los mejores modales y una sonrisa en el rostro.

No obstante, ya se han mencionado todos los servicios que una casa de cortesía ofrece, e imaginar que cumple cualquier otro cometido sería, como mínimo, arriesgado. Una casa de cortesía no es, y nunca será, un prostíbulo ni nada parecido a eso. Cualquier señal o intención de que un cliente esté sugiriendo que las chicas deben ofrecerle servicios sexuales será suficiente para echarlo y no volver a dejarlo entrar, y si acaso ofreciese resistencia, tendría que vérselas con un grupo de chicas que no sólo tienen habilidades excepcionales para el arte, sino también para el combate. Fueron precisamente estos malentendidos en el pasado el principio de que las mujeres de las casas de cortesía aprendieran artes marciales y en el Vergel de Loto creasen el Zhan Wu.

Aunque las artistas de las casas de cortesía viven bien en estos lugares gracias a que sus dones son muy preciados, no son personas con tendencia a cerrarle las puertas al amor. No es raro que una artista de una casa de cortesía deje su residencia en la misma para casarse y hacer una nueva vida en familia, aunque lo cierto es que pocas dejan su trabajo de forma definitiva a pesar de esto. Algunas aprovechan una vida más calmada para llegar al culmen de sus habilidades, mientras que otras pasan a ser maestras y fundan sus propias casas de cortesía. La mayoría de estas últimas empiezan en sus propias casas donde acogen a las chicas que pueden y si es conveniente se trasladarán a un lugar más espacioso.

Como conclusión es acertado saber dónde te estás metiendo antes de pasar el umbral de una casa de cortesía. No sólo podrías estar haciendo algo inadecuado, sino que te podría costar caro.

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